
15 Jun ¿Por qué es importante la asesoría profesional de un agente inmobiliario?
Contar con la asesoría profesional de un agente inmobiliario marca la diferencia a la hora de comprar o vender una vivienda con las mejores condiciones.
Para la gran mayoría de personas, es común sentir cierta inseguridad en el momento de iniciar un proceso de compraventa de una vivienda. Es un camino completo, en el que intervienen diferentes factores y gestionar numerosos trámites sobre los que no contamos con toda la información.
En este artículo, vamos a acercarnos a conocer la figura del agente inmobiliario, en qué consiste su trabajo y qué valor aporta durante el proceso de compraventa de una vivienda.
¿Qué es un agente inmobiliario?
Un agente inmobiliario es el profesional que actúa de asesor e intermediario en la compra o la venta de una vivienda.
Es la persona que mejor conoce la situación del mercado, cuál es la oferta existente en la zona que trabaja, cuál es el perfil de cada cliente y qué puede ofrecerle según las necesidades que le expongan.
Precisamente, el trabajo de un buen agente inmobiliario debe centrarse en las personas que acuden a solicitarle ayuda. Su papel va más allá de la mera gestión. Nuestra recomendación es que, antes de empezar a trabajar, el agente inmobiliario debe preocuparse por conocer a su cliente y comprobar si los objetivos de ambos están alineados. Solo así, habrá éxito para la dos partes.
El valor de la asesoría profesional
El acompañamiento de un agente inmobiliario durante el proceso de compra o de venta de una vivienda aporta un gran valor añadido y multiplica las opciones de cerrar un acuerdo con las mejores condiciones y la mayor tranquilidad.
Veamos cuáles son los principales beneficios de trabajar con un agente inmobiliario.
- Ofrece un acompañamiento personalizado. Como ya hemos comentado, comprar o vender una vivienda es un proceso importante que genera muchas dudas e inseguridades. Tener el acompañamiento de un profesional que vele por nuestros intereses aporta una gran tranquilidad.
- Tiene un conocimiento profundo de la situación del mercado inmobiliario. El agente inmobiliario debe ser un experto conocedor del área en la que trabaja. Esto implica: estar al tanto de la oferta de propiedades existente, cuál es el precio medio por el que se están adquiriendo esas propiedades y cuál es el perfil de las personas que desean vender o comprar en esta zona.
El beneficio es diferente según la parte en la que nos encontremos: al vendedor le ayudará a fijar el precio adecuado para vender su vivienda de la forma más rápida; y, al comprador, podrá guiarle a encontrar la vivienda que busca. Para ambas partes, el agente inmobiliario tendrá un papel fundamental en la gestión de la documentación de la forma más rápida y eficiente.
- Conoce las mejores estrategias para posicionar una vivienda. Este es un valor que puede interesar más a la parte vendedora. El agente inmobiliario ofrece asesoramiento sobre cómo se debe presentar una vivienda en el mercado: fotografías, textos, acciones de home staging, etc. Además, conoce cuáles son las técnicas para posicionar la vivienda en los portales de búsqueda inmobiliario.
- Permite ahorrar tiempo. Además de su asesoría, el agente inmobiliario dispone de un tiempo exclusivo dedicado a la visita de las viviendas.
Para el vendedor, supone no tener que condicionar su tiempo en base a la disponibilidad de los posibles compradores.
Para el comprador, supone no tener que llevar un control exhaustivo de cuántas visitas tienen al día, y pueden enfocarse en observar con detalle aquellas que vayan a ver. El agente inmobiliario tiene que asegurar total transparencia sobre las visitas que se realizan y mantener al vendedor informado sobre el estado de cada potencial comprador.»
- Aumenta la capacidad de negociación. La experiencia negociadora de un agente inmobiliario es extensa, y permite alcanzar las mejores condiciones para la parte a la que le está ofreciendo el servicio.
- Tiene una gran experiencia en la gestión de los trámites necesarios para formalizar la compraventa. Es punto es un gran beneficio para ambas partes ya que, además de descargar al cliente de una importante responsabilidad, el conocimiento de los pasos a seguir acelera los pasos a seguir hasta llegar a la firma.
- Es una protección frente a posibles especuladores y estafadores, que se aprovechan del desconocimiento de algunas personas durante el proceso de compraventa.
Como ves, la figura del agente inmobiliario puede marcar la diferencia y protegerte de problemas futuros derivados de una mala gestión. Además de sus conocimientos, el agente inmobiliario cuenta con una amplia red de contactos profesionales que le aportan un gran valor añadido a la vivienda: arquitectos, fotógrafos o decoradores. ¡No dudes en contar con una buena asesoría en el momento de comprar o vender tu vivienda!
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